Tuesday, March 13, 2012

Su obra, desde el mas modesto apunte, hasta el formato de grandes dimensiones, es el verdadero fruto de un acto de amor. Todo deseado, nada gratuito, rezumando vida en cada trazo. Almirall nos invita a su microcosmos. De entre las fibras del cuadro, una multitud de detalles nos salen al paso, provocativos, muchas veces insultantes. No te has rehecho de una sorpresa, cuando otra te agrede, haciendo bailar tus ojos y tu mente por la tela. Elementos concretos con vida propia, inmolados para fundirse y renacer es este otro mundo nuevo. Un sello de correos que sin dejar de serlo es ahora ventana, un pedazo de periódico que se convirtió en acera, un bordado en fachada, una postal, un cromo...Marinas, paisajes urbanos, fachadas, mercados, hechos con trozos de material que forman parte de los recuerdos del creador, recortes de vida. Fondos hechos de collages empastados entre los colores, de degradados, de regueros de pigmentos tocados con valentía. Almirall es un artista osado, transgersor, impúdico.Es atrevimiento lo lleva a lograr resultados impresionantes e inesperados. Cada rincón de sus cuadros es una escena completa. De unos comienzos más próximos al arte de la ilustración, Almirall ha ido progresando hacia la profundidad en las prespectivas, y hacia unas texturas más llenas de vida gracias a la magia del collage. Descubrimos un Almirall más pintor. Tratando mejor la luz, incluso con reminiscencias impresionistas, pero sin repudiar en ningún momento las técnicas mas innovadoras. Almirall es un trabajador convulso, apasionado, que no cesa de investigar. Dibuja y pinta tanto como respira. Es un vicioso, pervertido del arte, al que consagra la vida. Allmiral se define autodidacta. Nos habla del pintor Munill como uno de sus referentes, pero no se incluye en ninguna escuela en concreto. Descubrió el grabado de la mano de Ramon Báguena. De entre los clásicos, su favorito es Velazquez. De su devoción por Toulouse - Lautrec, por su espontaneidad en el dibujo;Cezanne, también Gauguin, y entre sus admirados destacan también Miró y Picasso. Josep Mélich Publicidad